lunes, agosto 22, 2011

El Jardin Formoseño, en desmonte continuo.

Recuperando de a poco el aliento espiritual que nos brinda el río. Encontramos en la costa formoseña y paraguaya, recuerdos y anécdotas de la América profunda, donde los ríos son apenas hilos brotando de las sierras. Fluyendo en arroyos y vertientes que se hacen ríos de agua dulce y cristalina. A su paso van alimentando y regando las vidas de los hombres, que encontramos en ciudades grandes y chicas. De Brasil y Paraguay. Un río, muchos ríos que forman una gran cuenca en la que habitan millones de personas. Una diversidad de razas y culturas única. Que en su afán económico, sofoca con sus cenizas el aire puro de la naturaleza, en constante retroceso. Día tras día en la región del Chaco se talan e incendian los bosques vendidos a empresarios extranjeros para el monocultivo. Que crece por toda las regiones, de la Cuenca del Plata. Sin solucionar la pobreza que abunda en los pueblos y ciudades, triste historia común sin solución para los que no tienen poder económico suficiente para comprar. En los campos los campesinos e indígenas casi se han exterminado. Los pocos que resisten como los ”QUOM” de la comunidad La Primavera de Formosa. Son reprimidos y asesinados. Confinados a los planes de pobreza. Tenemos un genocidio que nadie quiere ver. En la TV No hay Reiting para eso.
En la plaza Uruguaya de Asunción hace años que acampan en condiciones precarias comunidades Guaraníes que reclaman por sus tierras vendidas malamente a Colonos Brasileños de la Soja.
En Mato Grosso, se encuentra el campamento de campesinos sin tierra más grande del Brasil.
Y con todo esto seguimos viendo como en los últimos rincones verdes del continente se sigue desmontando, expulsando y matando gente. Estamos viendo como las democracias flaquean, los pobres seguirán siendo pobres y los ricos gobernando apañando los planes económicos de Europa, Estados Unidos o China.
Avanzando con la gracia de los vientos del sur que exita las aguas, que se ponen pesadas para el avance de los remeros. Seguimos fluyendo al pronto encuenrto con el pariente del Mar. El grandioso Paraná. Al que llegaremos en pocos días...


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