martes, septiembre 14, 2010

Advierten que en 40 años la provincia se quedaría sin selva


El Territorio,
Martes 14 de Septiembre de 2010

están en peligro, incluso, las áreas protegidas provinciales

Advierten que en 40 años la provincia se quedaría sin selva

Un documento elaborado por organizaciones civiles y sociales fue enviado al Gobierno para que intervenga en la reducción natural

Reserva de Biósfera Yabotí. La espectacularidad de la masa verde es una de las áreas que pronto se perdería.

Posadas. Un documento de distintas organizaciones sociales y no gubernamentales que revela que dentro de unos 40 años Misiones podría quedarse sin gran parte de la selva, fue presentado ante el Poder Ejecutivo de la provincia, el Ministerio de Ecología y la Cámara de Diputados, en el cual además, se proponen diez medidas para evitar lo que pareciera imposible.
Según se informó, el único objetivo del documento es lograr más conciencia sobre la problemática y contribuir a generar alternativas que eviten, en las condiciones actuales, que en menos de 40 años se pierda la selva que aún no está protegida legalmente y que permita junto a los parques y reservas el intercambio genético de las especies, del agua de las vertientes y del paisaje que sustenta al turismo.
De acuerdo a lo que plantean los expertos que elaboraron el documento, este problema se manifiesta incluso en las áreas protegidas, como el Parque Guarambocá, el Parque Urugua-í, y el Parque Piñalito.
El documento cuenta con el respaldo de importantes organizaciones no gubernamentales como la Fundación Vida Silvestre Argentina, la Asociación Ecologista Cuñá Pirú, Fundación Alberto Roth y la Asociación Civil Conservación Argentina.
El documento fue impulsado por el equipo del servicio de información ecológica y ambiental El Paranaense, con la colaboración de expertos y el asesoramiento y apoyo de organismos sociales y ambientales, además de profesionales vinculados a la temática ambiental, social, cultural y económica de Misiones.

La selva en peligro
El documento entregado al Gobierno de la provincia, explica que la selva paranaense, a diferencia de otras ecorregiones de la Argentina que comparten dos o más provincias, sólo se encuentra en Misiones. Esta aparente obviedad, sin embargo, conlleva una gran responsabilidad para cada uno de los habitantes y muy especialmente del Estado: resguardar un patrimonio natural de importancia para la Argentina, para la región y para el mundo.
La selva, se indica, no sólo alberga la mayor biodiversidad de Argentina, sino que además es el soporte de actividades económicas principales como el turismo y la forestal, la base para la producción de alimentos a diversa escala y para servicios claves para muchas localidades de Misiones, como el agua para consumo humano y otros que son aprovechados por comunidades rurales. Es el último resguardo de la Cultura Guaraní.
Pero el patrimonio, la selva, está en peligro.
En el documento se asegura que es suficiente comparar las imágenes satelitales correspondiente al año 1999 con las actuales para poder percibir dramáticas transformaciones ocurridas en el territorio, cuya gravedad demanda la perentoria y urgente necesidad de profundizar medidas serias y responsables: fragmentación e insularización de áreas protegidas (la más notable es en la reserva de Biosfera Yabotí, donde además se advierte la expansión de desmontada, anteriormente acotada a las márgenes del río Uruguay); afectación de cuencas hídricas (principalmente las correspondientes al río Uruguay); la reducción de los remanentes de bosques con Araucaria en la zona de San Pedro y los desmontes en el Corredor Verde y cambios de uso en la vertiente de Paraná.
La selva misionera se está perdiendo al alarmante ritmo de 17 mil hectáreas por año, es decir, el equivalente a 23 mil canchas de fútbol de primera división. O el de apenas tres mil hectáreas menos que la Ciudad de Buenos Aires; casi un parque provincial Salto Encantado del Valle del Cuña Pirú.
En definitiva, se asegura, son 17 parques del Moconá que se pierden por año, nada menos.


El dato
17.000
hectáreas por año es lo que se pierde de selva, según los informes elaborados por entidades ambientales y ecologistas, un equivalente a 23 mil canchas de fútbol reglamentarias.