Gualeguaychú, 4 de diciembre de 2008
La destitución de la inepta y oportunista Romina Picolotti deja en evidencia la falta de políticas ambientales en la Argentina y la aguda crisis en la que estamos inmersos.
Uno de los pocos posicionamientos en los que Picolotti podría haber obtenido el visto bueno de nuestra conciencia ambiental, fue justamente el desencadenante para su despido.
El veto Presidencial a la Ley de protección de los glaciares es una nueva muestra de las maniobras de corrupción y entrega del patrimonio nacional.
Es crucial entender que esta situación de desprotección e injusticia está enmarcada en los DERECHOS HUMANOS y que la misma asola a todo el continente.
El Plan Cóndor, que sufrimos en la década del ’70, fue implementado simultáneamente por todas las derechas latinoamericanas y digitadas por los Estados Unidos.
Un nuevo Plan Cóndor golpea nuestras puertas, tal vez más sutil, pero tan devastador como aquel. Cientos de pueblos desplazados, enfermedades por doquier, crecimiento alarmante de la brecha entre pobres y ricos, cambio coercitivo de nuestros modelos sociales.
Es insoslayable que todo esto se encuadra en el maquiavélico Plan IIRSA, del cual la argentina pareciera ser uno de los mejores y más obedientes alumnos.Todos los países de Sudamérica están llevando adelante las directivas de dicho proyecto.
Evo Morales, en Bolivia, parecía merecer cierto crédito, al menos en principio, por su cosmovisión de pertenencia a los pueblos originarios (Aymará), pero en enero de este año, pueblos indígenas han solicitado a “su hermano” reorientar el proyecto de la Carretera Bioceánica Santa Cruz – Puerto Suárez, que afecta el territorio y los derechos del pueblo Chiquitano.
IIRSA es un plan de saqueo y contaminación disfrazado como planeamiento de desarrollo de infraestructuras energéticas, de transporte y comunicación en pos de la integración regional. Suena lindo. Pero lo que en verdad logrará IIRSA es ampliar en el cuerpo del continente la red cancerígena de miseria y desigualdad.
Lula está permitiendo y promoviendo que se arrase el Amazonas y el litoral brasileño con proyectos para extracción de petróleo, y más de 500 represas hidroeléctricas;
Chávez permite y avala que saqueen la cuenca del Orinoco en busca de hidrocarburos;
en Ecuador, Correa privatiza el río Napo y el parque nacional Yasuní;
dentro del siniestro plan Colombia ejecutado por Álvaro Uribe Vélez, con las excusa de la erradicación de la hoja de coca, se realizan fumigaciones con glifosato, devastando millones de hectáreas de diversos cultivos y provocando el éxodo de grandes poblaciones;
Alan García desmantela la reserva nacional de Pacaya-Samiria en Loreto para la extracción de petróleo;
Michelle Bachelet entrega la cordillera y los glaciares a las empresas mineras, y pronto permitirá que HidroAysén construya cinco represas que inundarán 5.910 hectáreas de la Patagonia chilena;
En Uruguay Tabaré Vázquez entrega su país a las empresas celulósicas forestales contaminando la tierra, los ríos y el aire, generando más extranjerización de tierras para el monocultivo.
Argentina, por su parte, donde ni siquiera se resuelven los problemas ambientales que se generan a diez cuadras de la Casa Rosada, es uno de los países más acorralados por las corporaciones multinacionales, susceptible a esto, entre otras cosas, debido a su vasta geografía y abundancia de recursos naturales.
Acuífero Guaraní, minería a cielo abierto, desmonte, basurales, represas, control militar estadunidense en la triple frontera, monocultivo, son algunas de los temas problemáticos claves en este marco.
Es hora de nombrar las cosas con las debidas palabras, con el debido tono, con la debida cantidad de grito y de pasión, de inteligencia y vitalidad, escapando a la aparente neutralidad que nos quieren imponer desde los medios de comunicación y otros instrumentos de dominio.
Así como buscan imponer el monocultivo forestal y agrícola, quieren también imponer el monocultivo cerebral. Se sabe de la manipulación a través del lenguaje de los medios de comunicación para crear espectadores pasivos y temerosos.
Padecer estos gobiernos nos llena de furia. No nos avergüenza decir que somos La Rabia, que somos La Irritación, ni manifestar que con corruptos no hay diálogo, con mentirosos no hay diálogo, con quienes nos invaden no hay diálogo. ES HORA de profundizar y endurecer nuestros reclamos. No hay salida de la lucha desigual sin hermandad como víctimas de este modelo. Debemos vislumbrar juntos las acciones que nos permitan hackear la red de nuestros verdugos.
Es seguro que el espacio vacío dejado en la secretaría de medio ambiente será cubierto de manera virtual. Está por de más claro que en la argentina el medio ambiente no es un tema importante. Es sólo un medio para generar commodities.
Es por eso que necesitamos con urgencia representantes que comprendan la importancia de la naturaleza para asegurar la vida de los hijos de nuestros hijos. Es tiempo de recordar que somos parte de ella y que debemos preservarla, con políticas y emprendimientos que sean sustentables.
Debemos hermanarnos y actuar ya, quizá porque al decir de Zitarrosa El que no cambia todo, no cambia nada, quizá por que al decir de Sartre, Yo no puedo ser libre, si todos no somos libres
Sin dejar de incentivar nuestra vitalidad, sin dejar de eliminar miedos, debemos crear herramientas más confrontativas, más sanas, a la vez más jóvenes y más ancestrales, más arriesgadas y, en fin, más humanas, ya que, como bien señala Atilio Borón, “la sociedad capitalista ha sido sumamente eficaz en equiparar la crítica a sus instituciones y sus prácticas con la locura y la delincuencia, mientras que los sofismas de los defensores del sistema son tenidos por sesudas observaciones de gente cuerda y responsable”.
Hagamos nuestro el dolor y la impotencia de los diezmados por este sistema y salgamos al ruedo, bien unidos y bien armados.
EL AGUA MANDA
RÍOS LIBRES PARA PUEBLOS LIBRES
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