martes, febrero 28, 2006

Agua que suena...

Una de las ideas que teníamos cuando empezamos con esta idea era la de poder establecer lazos efectivos y afectivos que permitan la unión de los habitantes del río Uruguay para poder, entre todos, defenderlo.
Por suerte esto ya comnenzó a suceder. Roberto es un periodista de Santo Tomé que nos hizo una nota en cuando pasamos por su ciudad. En la nota titulada "Ultimos quince días" del lunes 20 de febrero hacíamos referencia a lo mal que nos había caído la noticia de la instalación de una pastera en Sao Borja, frente a Santo Tomé, y las inoportunas declaraciones del intendente de la ciudad correntina. En estos dos mensajes nuestro amigo nos muestra la otra cara de la moneda y nos cuenta cómo se están organizando para defender nuestro amenazado río:

- "Hola Juan Martín, Hermann y Andrés: hoy 25 de febrero nos unimos al "Grito Nacional No a las Papeleras" haciendo un pequeño acto, charla y reparto de folletos, entre ellos, copia de parte del diario de viajes de ustedes, en la plaza San Martín de Santo Tomé. Quiero comentar que más allá de la posición política tanto del Intendente, como de legisladores y gobierno provincial, aquí en Santo Tomé ha comenzado -gracias al ejemplo de ustedes y los vecinos de Gualeguaychú- un movimiento en contra de las papeleras que, tendrá sus dificultades, pero ya ha recibido el apoyo de la comunidad. Además poco a poco los medios locales están tratando diariamente el tema. Estamos comprometidos y seguramente en breve vamos a recurrir a la gente de allí para que nos apoyen y apuntalen con su presencia. Esto recién comienza. Reitero, ustedes sembraron conciencia, a pesar de la apariencia de haber "pasado" tan sólo por aquí. Un abrazo grande para todos. Roberto Arce, el periodista de pueblo."

- "Andrés: Qué alegría hermano de recibir tu mail!! Te estaré mandando copia del acta para que leas, es sencilla pero significa ponerse a caminar. No queremos discutir ninguna alternativa, solo, NO A LAS PAPELERAS.
Leí el informe de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande y la preocupación por el aumento considerable de algas tóxicas en el embalse de Salto Grande, algo que veníamos denunciando desde el año pasado y ahora descubren un crecimiento de tolerable de 2.800 a 50.000???????... Bueno e hizo largo y ustedes deben descansar de vez en cuando no?, Chau y saludos. Roberto"

Cambio de planes en Gualeguaychú

Bueno, nuestros planes se han alterado un poco. La llegada a nuestra ciudad vino cargada de muchas emociones y acompañada de una descompostura intestinal en todos los integrantes del equipo que nos obligó a retrasar nuestra partida hacia Puerto Madero, originalmente planeada para ayer lunes.
Estamos mejorando de a poco por lo que estimamos que recién mañana, miércoles, vamos a poder salir.
Este imprevisto hace que nuestra llegada a Buenos Aires prevista para el sábado también se atrase por lo menos hasta el lunes o martes de la próxima semana. Pero recién vamos a poder estimar bien nuestra llegada cuando estemos en la isla Martín García, ubicada en el centro del río de La Plata, va a ser nuestro exámen final para el cual debemos esperar un pronóstico que nos de al menos ocho horas de buen tiempo para hacer el cruce de cuarenta kilómetros hasta San Isidro ya que no tiene escalas intermedias.
Nuestra mejor forma de comunicació va a ser por este medio, vamos a encargarnos de que el domingo estén publicadas novedades y nuestra estimativa de llegada a Buenos Aires.

lunes, febrero 27, 2006

Cerca del fin... Cerca del comienzo...























Cargados de emociones, despues de la calurosa recibida de nuestra gente de Gualeguaychú, hoy martes 28/02 hacia Puerto Madero. Ahi termina nuestro recorrido y empieza una nueva etapa a la que estan todos invitados a ayudar esten donde esten.
Estimamos estar el lunes llegando, pero actualizaremos bien la fecha en el camino.
Les dejamos algunas fotos de nuestra llegada.

viernes, febrero 24, 2006

El agua manda llega a Gualeguaychu!

Los invitamos a todos a ver las fotos en pantalla gigante del recorrido que tres chicos de nuestra ciudad vienen haciendo en kayaks desde la naciente del Rio Uruguay, en Brasil. Despues de 1800 km a remo estaran relatando su experiencia que ya lleva casi dos meses de travesia.

El viernes 24 a las 20 hs aproximadamente llegan al puente internacional Gral. San Martin e iran al corte en arroyo verde a compartir su experiencia con los asambleistas.

El Sabado 25 a las 17.30 hs iniciaran una caravana nautica por el Rio Gualeguaychu terminando a las 19.30 hs en la charla y muestra de fotografias al lado del Hostal los Sauces (ex Papaya) en el Parque Unzue.

miércoles, febrero 22, 2006

Se corrió el chusmerío

Bueno, se ve que el tema cobró importancia en la zona de influencia de ENCE, esperemos que se empiece a comentar en los lmacens y panaderías galegas. Esto dicen los amigos de http://www.inforosal.com/ :

Campaña contra as papeleiras no Uruguai

Unha viaxe en kayak tenta concienciar da problemática ambiental das papeleiras no Uruguai

Un grupo de amigos esta facendo un viaxe polo rio Uruguai en Kayak, dende o seu nacimento no Brasil ate o Rio da Prata, concienzando aos poboadores da beira do rio da problematica ambiental que pode xerar o tema das papaleiras que queren instalar en Fray Bentos, Uruguai. Podense ver máis información no blog onde eles informan do seu viaxe.

En Galizia hablan de nosotros

Ya se chusmea sobre el Agua MANDA en el viejo continente, esto escribieron en www.arredemo.info :

Kayacs contra as papeleiras en Uruguai

"En esas seis manos, muchas manos remarán. Bienvenida sea esta aventura. Que les vaya muy pero muy bien en esas charlas con el río amenazado. Mi abrazo, nuestro abrazo.” Eduardo Galeano.
Así reza o cabezallo do blog el agua MANDA que cubre a viaxe de tres amigos polo rio Uruguai en Kayak, dende a súa nacente no Brasil ate o Rio da Prata, concienzando aos poboadores da beira do rio da problematica ambiental que pode xerar o tema das papaleiras ENCE-falopáticas que queren instalar en Fray Bentos, Uruguai.
Un fotógrafo, un publicista e un xornalista lanzáronse a principios de Xaneiro a percorrer o río, nunha travesí­a de dous meses. Teñen un dobre propósito:
documentar e protestar contra as controvertidas papeleiras de Frei Bentos proxectadas pola española ENCE e a Botnia finesa...

lunes, febrero 20, 2006

Últimos quince días

Ya falta poco, estamos en Colón a donde llegamos el sábado a la noche para concluir una semana con muchos kilómetros acumulados. Habíamos comenzado el lunes después de unos días de descanso en Monte Caseros en donde nos encontramos con el equipo terrestre de el Agua MANDA y pasamos muy buenos momentos.
Partimos el lunes a media mañana, mientras los amigos de la Asociación de Amigos del Río Uruguay nos despedían. Nuestra partida tenía un sabor amargo, tomamos conocimiento de que hay gente disfrazada de ambientalista en la provincia de Corrientes que está preparando el terreno para la instalación de las pasteras en la zona. A esto se sumaban las declaraciones de Mauricio Macri que, de paso por la capital de esa provincia, había hecho declaraciones descalificativas con respecto al movimiento de Gualeguaychú y, agregaba, que Argentina no puede permitir que ese tipo de inversiones se realicen en los países vecinos y no acá.
Después de dos días de navegación y una campamento a la luz de la luna llenan en una isla, ingresamos en nuestra provincia de Entre Ríos, la bienvenida fue totalmente inesperada. Ya estábamos navegando en el embalse de Salto Grande, con mucho calor y el agua pesada (lo difícil de navegar en lagos es que parece que uno no avanza) cuando de repente una lancha salió de la costa y se nos acercó, eran pobladores de la zona que habían escuchado de nosotros por la radio y salieron a recibirnos con bebidas frescas. No lo podíamos creer y, más bien, nos emocionamos. Ellos también nos invitaron con el asado que comimos esa noche en el balneario de Santa Ana, unos diez kilómetros al norte de Federación.
A pesar de que llegamos al balneario navegando con olas por la popa y una gran luna que despuntaba en cuando nuestras proas tocaban la playa, no pudimos disfrutar por mucho tiempo la situación. A pocos minutos de haber llegado, nuestros amigos de la lancha ya habían convocado a la prensa y estábamos haciendo una nota para radio Chajarí. Y fue en ese momento cuando el sabor amargo de Monte Caseros volvió. El periodista que nos hacía la nota nos preguntó qué pensábamos sobre las declaraciones que el intendente de Santo Tomé había hecho. Las desconocíamos y nos causó mucha tristeza saber que el operativo publicitario que nosotros temíamos, ya empezaba a tomar forma con el plan de instalar un pastera en Sao Borja. Realmente es una tristeza muy grande para nosotros, creemos que el gobierno nacional debería "poner orden" para no debilitar nuestra posición a nivel internacional.
A pesar de esta tristeza mezclada con rabia, nosotros debíamos seguir adelante. Y el miércoles al mediodía estábamos en Federacíon, para seguir en la tarde rumbo a Concordia. Fue una jornada con muchísimo calor en la que vimos gran mortandad de peces en el lago. Creemos que por causa de la poca oxigenación del agua y la gran temperatura que tiene, ambas cosas originadas por el poco movimiento.
El miércoles se nos fue en el traslado de los botes, los subimos a un trailer en el lago y los bajamos aguas abajo de la represa. Salimos de Concordia a las 6 de la tarde, sorprendidos porque estaban largando agua de la represa, lo que hace que la corriente sea fuerte lo que, por supuesto, nos beneficia.
La sorpresa era porque el lago estaba con un nivel de aguas bajo. Más tarde nos enteraríamos que un día antes había comenzado a operar en Salto, Uruguay, un frigorífico que arrojó muchos desechos al río y contaminó las playas de Concordia. No podemos decir que las compuertas del lago se abrieron para limpiar las playas, pero lo sospechamos.
Ese día hicimos noche en Puerto Yeruá, donde fuimos muy bien atendidos y dormimos en los bungalows de la intendencia.
El viernes le pegamos hasta el parque nacional El Palmar de Colón, previo paso por la Meseta de Artigas, un lugar en el que este prócer latinoamericano tenía apostados sus cañones para defenderse de los portugueses.
En el Palmar recibimos visitas que llegaron con asado, guitarra y bombo, así que la pasamos muy bien. Pero esto afectó un poco nuestra remada del sábado porque tuvimos que restar algunas horas de sueño. Pero no podemos quejarnos porque la pasamos muy bien.
Hoy estamos en Colón a dónde llegamos ese sábado luego de un día muy cansador. Hemos sumado un nuevo integrante que viene desde Paraná y se llama Marcelo Verzeñassi. Ya tenemos las energías recargadas y esta tarde partimos con rumbo a Paysandú. Mañana estaremos en Concepción del Uruguay y el sábado en Gualeguaychú. Que el agua mande.

jueves, febrero 16, 2006

Llegando a Colon

Los remeros vienen como lo planeado: El viernes 17 a la tardecita estan llegando al Palmar de Colon y el sabado estaran en la ciudad, ahi se quedaran hasta el lunes para compartir con la gente que quiera arrimarse. El lunes partiran ya rumbo a Gualeguaychú, unos 300km rio abajo.
un saludo a todos y los esperamos en Colon!

martes, febrero 14, 2006

Vuelta al pago

Estos días se ha hecho difícil el acceso a la tecnología. Pero entre mañana y pasado publicaremos novedades de lo vivido en los últimos días. El cierre de la segunda etapa y el comienzo de la tercera. El Brasil que no nos dejaba dejarlo, el Uruguay que nos recibió con los brazos abiertos, el encuentro con amigos en Monte Caseros, las celulosas por estos lugares y muchas cosas más.
Hoy volvimos a pisar nuestra querida provincia. Entre las grandes olas del lago de Salto Grande, que nos empujaban por popa, llegamos al balneario de Santa Ana despues de una jornada de once horas (paramos dos al mediodía). Cuando faltaban los últimos metros para pisar el suelo entrerriano una gran luna aparecía en nuestras espaldas y sólo unos minutos más tarde aparecía Víctor Sampedri, un amigo que nos vió pasar esta tarde mientras andaba pescando y dijo que nos esperaría con un asado. Un tipo de palabra.
Vamos adelantando que mañana miércoles pensamos pasar por Federación y llegar a Concordia, el jueves estaremos en Salto (donde ya tenemos un amigo) y si todo sigue así, el sábado estaremos en Colón.
Esto es todo por el momento, el asado está listo. Hasta la próxima.

Monte Caseros, Corrientes!





















El fin de semana pasado nos fuimos con Belen, Elisa y Pablito a visitarlos a Monte Caseros. La pasamos muy bien con ellos, entre asados y amigos que se nos acercaban. Los chicos estaban muy bien, con muchas ganas de seguir remando y estiman que estarán el próximo fin de semana en Colon y el otro en Gualeguaychú.
Les dejamos algunas fotos y el mapa para que sigan el recorrido.
Muchas gracias por la buena onda en los comentarios, los chicos los vienen leyendo y les hace muy bien sentirse acompañados por tanta gente.

Fotos y diseño:
Francisco Melchiori
www.fmdg.com.ar

lunes, febrero 06, 2006

Libres en paso de los libres....

Cómo empezar esta crónica con tantas cosas lindas para contar... pero con tantas preocupaciones para transmitir.
El Agua MANDA nos ha llevado todo el tiempo a sobre un péndulo que oscila entre el disfrute de la naturaleza en su máxima expresión y, en el otro polo, la tristeza y bronca de ver cómo se maltrata a nuestro amigo río.
A partir de la desmbocadura del río Ibicuí (el mayor afluente brasilero del Uruguay), ubicado entre los pueblos correntinos de La Cruz y Alvear, la arena aparece en cantidad y las canchas empiezan a ser muy grandes, al punto de que cuando salimos de Yapeyú el río se pierde en el horizonte.
Ahí, en medio de una de esas inmensas canchas se encuentra un gran banco, en un lugar en el que el río tiene unos 4 kilómetros de ancho. En un acto de originalidad del equipo, denominamos a este lugar el banco de los pájaros (¿por qué será?). Es un lugar mágico, de esos que no hay muchos en nuestro río y que se ven sólo cuando el nivel del agua es bajo. Se trata de un santuario en el que se puede ver desde muy cerca y a simple vista varias especies de gaviotas, rayadores, teros reales y biguaces entre otros. Son esos lugares que hacen que nuestra expedición se atrase porque dan ganas de quedarse días enteros. Estas son las cosas que nos hacen pensar si será posible declar a lo que queda del río en buen estado como reserva para las generaciones futuras.
Mientras disfrutamos de estos momentos de goce de la naturaleza en su máxima expresión, nos enteramos que en esta zona hay índices muy altos de contaminación con metales como mercurio y cromo.
Por suerte nos llena el alma conocer gente que está trabajando sobre los temas que atentan sobre el río. La costa riograndense frente a Corrientes está toda devastada por las arroceras, que no se conforman con arrasar el monte nativo ya que cada cinco kilómetros hay grandes tubos que chupan enormes cantidades de agua del río. De todos los caños que hemos cruzado hasta el momento, sólo uno cumple con la reglamentación que obliga a poner un enrejado para que los peces del río no terminen en medio de las arroceras. Lamentable.

Un día duro, pero bueno
La navegación desde Santo Tomé hasta acá ha sido variada. Hasta La Cruz, el río estubo muy tranquilo, a pesar de que se ensancha de a poco. Pero desde La Cruz han cambiado un poco las condiciones y nos encontramos por primera vez con las olas del Uruguay, algo que nosotros conocemos pero teníamos un poco olvidado. El día antes de llegar a Yapeyú nos encontramos con un río muy movido, pero por suerte las olas entraban por popa (atrás) lo que hace que los botes naveguen a muy buena velocidad con poco esfuerzo. La noche nos encontró barrenando olas y navegamos un rato a oscuras hasta llegar al detacamento en el que debíamos pasar la noche. Fue un atardecer mágico en el que la luna dibujaba las siluetas de los botes entre las olas.
El día siguiente sería similar al anterior solo que el viento y las olas en vez de venir de popa, vinieron de proa (frente). Nos habíamos levantado temprano porque los amigos de Uruguayana nos esperaban a las cinco de la tarde. Estabamos a unos diez kilómetros aguas arriba de Yapeyú y no podíamos dejar de visitar la casa de José de San Martín y aprender un poco más sobre su historia. Allí estaban esperándonos Pedro Claret y Gustavo Verón que habían aparecido en bicicleta dos días antes en La Cruz, en el momento en que sacabamos los botes del agua (gracias gurises por la onda y las energías). Después de recorrer un poco el pueblo y encontrarnos con nuestros amigos, decidimos seguir adelante a eso de las once y media de la mañana. Las condiciones eran buenas y el sol se escondía en detras de las nubes. Con una velocidad promedio de 9 kilómetros por hora, estimabamos poder estar cómodos a las cinco de la tarde en Uruguayana a unos 40 kilómetros al sur. La primer hora de navegación fue buena, nos encontramos con el "banco de los pájaros" donde nos detuvimos un rato para registrar algunas imàgenes y seguimos viaje.
Cuando hicimos los primeros metros, el viento empezó a afirmarse del sector sureste y de a poco fue aumentando.
Decidimos pegarnos a la costa brasileña para agarrar menos olas y viento, pero había momentos en los que las condiciones eran muy duras. Los dos botes metian toda la proa en el agua y las olas pasaban por arriba.
Por suerte, el kayac es una embarcación que puede enfrentarse a condiciones muy duras de navegación a pesar de su tamaño reducido. Nosotros sabíamos que los botes eran seguros, que aguantan, pero no habíamos puesto a prueba nuestros físicos. En una parada técnica en dónde la condición era muy dura, con vientos que superaban los veinte nudos, analizamos: faltan menos de treinta kilómetros, a pesar de la condicón, los botes avanzan, nosotros hemos remado hasta trece horas, con las cosas como están esto no nos lleva más de cuatro horas, ¡VAMOS PRA FRENTE!. Un sapucay y a corcobiar en las olas.
Fue una jornada agotadora pero muy buena, esas en las que cuando te bajás del bote, el cuerpo no te dá para más pero la sonrisa es bien grande.
El pronóstico mejoró para nosotros cuando llegamos a Uruguayana y un grupo de amigos estaba esperándonos. El viento sólo nos restrasó una hora (es poco en serio). Realmente hemos pasado muy buenos momentos.
Hoy seguimos descansando en Paso de los Libres, mañana planeamos seguir viaje con rumbo a la frontera tripartira de Argentina, Uruguay y Brasil a donde pensamos llegar el miércoles si todo va bien.
Aprovecho la oportunidad para repetir una frase del Libertador que nos dejó un amigo en los comentarios y de paso invito a todo aquel que nos quiera acompañar en algún tramo para que se sume nomás. Aquí la frase:
"Seamos Libres lo demas no importa"

Lo que va generando el agua...

Gente linda querida:
Les escribo porque me gustaría compartir esto con Uds. Resulta que este verano me fui a Misiones de vacaciones, junto con Mony. Y la verdad es que la tierra colorada y la selva nos llenó el alma.
Todo fue el viaje fue muy loco porque se daban cosas justo en el momento en que nosotras estábamos ahí. Así fue como conocimos a esta gente. Se dio de “casualidad” pero tuvimos la suerte de estar en el momento y lugar justo. Para sintetizar un poco (si es que puedo), conocimos 1ro a Belén en El Soberbio y por ella conocimos a Raúl, un periodista misionero que “justo” iba al lugar donde nosotras queríamos ir: Salto del Moconá. Y el tema es que es un lugar muy difícil de llegar y habíamos desistido ir porque sin 4x4 es imposible ya que el camino es de ripio y de muy difícil acceso. Pero “justo” vino al lugar donde estábamos y nos llevó.
Y fue alucinante. Ahí conocimos a estos tres pibes: Andrés, Cucho (Hermanos de Belén) y Hermann. Son de Gualeguaychú y estan recorriendo en kayak el río Uruguay desde Brasil y quieren llegar a Puerto Madero, en repudio por la construcción e instalación de las papeleras en el Uruguay. Su causa se llama “EL AGUA MANDA” y lo único que podemos hacer, tanto Mony como yo y a toda la gente que fuimos encontrando en nuestro viaje es contar lo que estos chicos estan haciendo. Porque no solo se quejan y protestan, sino que van contando en cada pueblito humilde por donde pasan las consecuencias de los tóxicos y cómo toda la vida del río va a ir desapareciendo si no hacemos algo.
Son chicos como cualquiera de nosotros. No militan en ningún partido político ni agrupación ni nada, pero vivieron siempre en el río, saben cómo es y se comprometieron para hacer “aunque sea algo”.
Asi que amigos, lo único que hago acá es contarles, y si les llega, buenisimo. Y para que el día que esten llegando a Puerto Madero los esperemos entre todos. Porque esto es así: se contagia o no.

Les mando la página de ellos donde pueden ver por donde andan y para calcular su llegada a Bs. As. http://elaguamanda.blogspot.com/
También del diario donde escribe Raúl Puentes (la foto de tapa… adivinen quien la saco??) http://www.lineacapital.com.ar

Gracias a los que se quedaron hasta el final leyendo y a los que lo divulgan
Besos
Romis o Pirú (Flaca en guaraní)

Fotos de nuestro viaje en Misiones:
http://spaces.msn.com/members/la-romis/PersonalSpace.aspx?_c01_photoalbum=showdefault&_c=photoalbum

jueves, febrero 02, 2006

“Le pedimos permiso al río... y le pedimos perdón”

Entrevista realizada a los chicos de El agua manda por el periodista Raul Puentes, de Lineacapital.com.ar de Posadas, Misiones.

Los expedicionarios de El Agua Manda, la travesía que unirá en dos kayack el nacimiento del río Uruguay –unión de los ríos Canoas y Pelotas en Brasil-, con Puerto Madero -en Buenos Aires-, pasaron tres días en el Moconá. Navegarán más de dos mil kilómetros durante casi tres meses para decirle “No“ a las papeleras. Hermann Feldkamp y los hermanos Juan Martín y Andrés Rivas, en un diálogo a fondo con Línea Capital, en el medio de la selva.

Parque Provincial Moconá (Raúl Puentes, Línea Capital). Llueve con fuerza en este rincón de Misiones y el calor afloja un poquito, pero sólo será por un rato. El Cucho, Andrés y El Flaco Hermann dan vueltas alrededor de una mesa y acomodan algunas cosas que hace minutos sacaron de los kayack para que no se mojen.

Trabajan en silencio, concentrados, repasando vaya a saber qué tramo de este Río de los Pájaros que recorren desde hace quince días, mientras un mate que sigue la ronda se detiene en una de esas manos que reman a favor de la vida.

Cuando el agua azota con fuerza, amenazando con llover por varias jornadas, Diego, el guardaparque, tranquiliza los ánimos: “en un rato para”, pronostica con sabiduría mientras continúa con su rutina, alterada desde el día anterior con la llegada de los tres entrerrianos que bajan el río Uruguay desde su nacimiento, en Machadinho –a unos 500 kilómetros de Florianópolis, la capital del estado de Santa Catarina-, en el límite de los estados de Santa Catarina y Río Grande do Sul, con la premisa de llegar a Puerto Madero, en Buenos Aires, dos mil kilómetros más adelante.

En la tarde del domingo 15 de enero y después de unos 550 kilómetros a remo cubiertos en dos semanas, los aventureros de esta historia llegaron a la Argentina, donde los recibió una serie de correderas que comienzan en la misma confluencia de los ríos Uruguay y Pepirí Guazú, que serpentea entre la mata verde de la Selva Paranaense que lleva por nombre, de un lado, Reserva de Biosfera Yabotí y del otro, Parque Estadual do Turvo.

Estaban ansiosos y temerosos. Los últimos cinco kilómetros entre la entrada a la Argentina y los saltos del Moconá –vocablo guaraní: el que todo lo traga– está repletos de correderas y hay piedras externas por todos lados. Tensos, por la presencia desconocida del Moconá un poco más abajo, se largaron esquivando y chocando piedras, nerviosos, expectantes, concentrados, mientras que un lobito de río se dejó descubrir y nadó con ellos un tramo, hasta que un dorado hizo un par de piruetas fuera del agua y fue el turno de las mojarritas, que escoltaron a los kayack por varios metros más, acá, en medio de este santuario natural donde habita el yaguareté y el pombero, el personaje místico de los cuentos y leyenda de la selva misionera.
Un día después, descansan en el Parque Provincial Moconá, en Misiones, rodeados de jóvenes de todo el país que acampan en el lugar y que se maravillaron con esta historia. Preguntaron, se interiorizaron, se comprometieron y aseguraron que salían a difundir por donde los encuentre el destino, esta campaña que se realiza para decirle NO a las papeleras de Fray Bentos, Uruguay, pero desde la acción que implica salir a conocer el río en toda su extensión, a hermanarse con los pueblos que habitan sus costas y a recoger la voz de los que se mojan los pie a lo largo de toda la vida en este río maltratado que a su vez puede regalar los paisajes únicos que se descubren a su entrada al país, en torno a este obra magnífica de la naturaleza y detrás de cada curva, en su descenso hacia el Río de la Plata.

Las charlas con el río amenazado

-¿Cómo van esas charlas con el río?
-Tuvimos oportunidad de charlar y de escucharlo –irrumpió Andrés-. Tuvimos desde el comienzo una muy buena conexión con el río, que varias veces nos dio señales: desde el río calmo, un lago, a la salida, hasta la impresionante corredera que nos agarró un poco antes de la frontera con Argentina donde tumbó uno de los kayack... y a eso también lo entendimos como un mensaje del río, que te da señales constantes.

O que te presenta a los hermanos brasileños que nos recibieron y abrazaron de una manera increíble –completó Hermann-: eso también es parte del río y te da mucha fuerza para seguir.
Como toda la gente que se interesó por nuestra movida –agregó Cucho-, como los del MAVI que están resistiendo a una represa que quiere sitiar nuevamente al río... y bueno, ellos se interesaron en nosotros y nosotros en ellos.

-¿Qué vieron en Brasil durante esta bajada?
-Cucho: que el río es un caballo domado; está muy contaminado. Las aguas bajan turbias...
-Andrés: las dos represas del Uruguay produjeron un impacto muy importante. La de Machadinho, afectó muy mal al ambiente, no hay insectos; está toda la cadena alimenticia afectada; no hay pájaros..., el agua está estancada y se produjo un impacto social muy grande porque cuando la represa los indemnizó al inundarles las tierra, pusieron el dinero en el banco y como siempre sucede en estos países, hubo un problema económico de los que conocemos, y se descapitalizaron. Fue un fuerte impacto para ninguna regalía.
-Hermann: en la represa de Itá, en cambio, la gente está conforme y de acuerdo con la represa, porque les dio un estilo de vida bueno desde el punto de vista económico; reciben regalías, hay muchas obras, en esos casos es difícil que la gente se oponga a esas obras porque se ocuparon de darles tantas cosas que se vuelve difícil discernir...porque se repartió y se sigue repartiendo mucho dinero. De todas maneras, la gente que vivía y dependía del río no está conforme y perdieron todo, pero son minoría.

-Y el ambiente, ¿está bien o está muy comprometido?
-Andrés: mucho más abajo de la represa, el río retoma su forman natural; notamos que los morros hacia arriba de las represas está bastante intacto, a pesar que en algunos lugares el agua subió 130 metros y en otros, hasta 150 metros, pero la mata quedó intacta y cuando pasás la represa, agua abajo, los cerros están overos; hay un fuerte impacto por la cría de chanchos, por ejemplo, donde la mierda está, literalmente, en el agua.
-Hermann: los chanchos y el tabaco, un cultivo sumamente nocivo para la tierra y para el río; no hay una gran industria pero no se qué es peor, porque existe una serie innumerables de galones que si bien no son muy grandes, su sumatoria habla de un fuerte impacto en el ambiente.
- Cucho: se ven muchos pescadores que pescan con redes... a pesar de la veda, pero de todas maneras dicen que no tienen otra chance laboral porque el subsidio que les paga el Gobierno es bajísimo. En algunos lugares como en Chapecó hay una discusión muy fuerte entre reforestar con pino y eucalipto o con flora autóctona. El secretario de Ambiente de Chapecó quiere reforestar con autóctona pero la propuesta de las empresas es siempre el monocultivo intensivo de pino y eucalipto. Primero vinieron y plantaron grandes extensiones y ahora tiene la excusa para poner las papeleras: es irrisorio pensar que el estado les da crédito para esa industria pero no para otros emprendimientos productivos.

“Bienvenida sea esta aventura...”
Diego, otro Diego, no el guardaparques, está encantado con los relatos que escucha. Sus ojos siguen con atención todos los relatos desde hace un par de días. Va y viene con los expedicionarios cuando estos se meten a los trillos del fabuloso Parque Provincial Moconá para conocer la gruta, los gigantes de la selva misionera o los helechos arborescentes. Se prende en la ronda de mates, de cartas; escucha con tanta atención que su necesidad de aprender, sorprende. Es que el también emprendió una aventura cuando se largó desde Oberá, a dedo, a través de caminos de selva y obraje para llegar a los saltos y dormir a la vera del camino, en un alojamiento improvisado. Pero esto es otra cosa: la expedición que lleva por nombre El Agua Manda, que protagonizan los hermanos Juan Martín (Cucho) y Andrés Rivas y “el flaco” Hermann Feldkamp, si que es una aventura en serio, y cómo contagia.

Diego será esa noche el encargado de la cena, un guiso sustancioso y suculento para once, quizás quince seguidores que ya consiguió la expedición en este inhóspito lugar. Mientras tanto, la primera entrevista desde la entrada a la Argentina, no quiere terminar.

En la charla, Cucho, Andrés y El Flaco mencionarán varias veces la impresión que les causó el río represado allá donde nace el Uruguay; la decisión del amigo brasileño que tomó su embarcación y se largó aguas abajo, durante una semana, sumando las primeras manos que presagió Eduardo Galeano cuando los saludó ante la inminente partida: “En esas seis manos, muchas manos remarán. Bienvenida sea esta aventura. Que les vaya muy pero muy bien en esas charlas con el río amenazado. Mi abrazo, nuestro abrazo”, envió el escritor uruguayo -que volvería a ser leído-, seguro de las respuestas de los pobladores del río.

Contarán también, estos tres aventureros que hoy bajan el Uruguay en dos pequeñas embarcaciones y bronceadísimos de tantas horas expuestos al sol, que lo más complicado fue aprender a navegar en las correderas, desconocidas, en los botes que van muy cargados con el equipo de supervivencia que incluye una parrilla e incluía “una sartén de tamaño contundente que la perdimos en una corredera”.

El periodista que pregunta los ve cómodo, dispuestos, contentos. Están llevando adelante un sueño que imaginaron por muchos años y que nunca supieron bien de qué se iba a tratar. Aunque ahora, cuando el sueño ya está en marcha, la mirada ya está puesta en la próxima aventura.

Hubo respuestas fuertes y picardías, acá, en medio de lo más imponente de la selva misionera.

Pero la charla parecía que recién comenzaba...

-¿Por qué estás haciendo esto, Cucho, porqué estás acá?
- (Silencio). Vi en esto una forma de manifestarme...; es un sentimiento que vengo acumulando desde hace muchos años... una necesidad de hacer algo grande para generar, contagiar. Un sentimiento que tal vez está escondido en el corazón de uno desde siempre..., esto de hacer el río a remo es una gloria para mi porque si bien siempre estuvimos cerca del río, navegando, ahora hay una acumulación de cosas que se fueron procesando por muchos años y se dio justo cuando Hermann y Andrés decidieron que yo forme parte de este grupo y me sumé con toda la fuerza y el espíritu que se puede poner para hacer esto.

-¿Qué pensás cuando remás? ¿Cómo son tus charlas íntimas con el río?
- (Otro silencio). Son muchas cosas las que se van generando; por ahí se va pensando en el próximo paso; en cómo piensa la gente, cómo vas conociendo de a poco la situación de la gente, la situación del río, una realidad que viene a mi y que nunca pensé que podía verla cara a cara.... Es darme cuenta que la gente piensa que no queda mucho por hacer pero cuando nos vieron a nosotros es como que eso los sacudió y se da cuenta que todavía hay mucho por hacer... y te acompañan...

-Y vos Andrés, ¿por qué estás hoy acá?
-Es un sueño de toda la vida recorrer el río, en mi caso particular hace un tiempo que lo vengo planeando, viendo los lugares y bueno..., se dio acá: pusimos fecha y largamos. Creo que hay que conocer el río, cuidarlo, con un profundo respeto tratar de alterarlo lo menos posible; hay que tratar que esa alteración sea lo menos posible. Creo que generamos un disparador de integración, para comenzar a conocer los problemas del río; si lo entendemos como un todo, más allá de la frontera, creo que ya comenzamos a cuidarlo, pero se necesitan acciones urgentes. A mi me moviliza la necesidad de hacer algo ya; estamos en un momento límite donde si no tomamos conciencia ya y hacemos algo ya y no emprendemos acciones, el río se nos muere en las manos y lo dejaremos morir en nombre de estos planes de desarrollo que atentan contra nuestras vida y contra la naturaleza.

-Y tus charlas íntimas, ¿cómo son?
-Muy íntimas. Soy, el del grupo, el que cada vez está más metido para adentro..., cuando llegamos a cualquier lugar ellos salen siempre, primero, a hablar con la gente; exteriorizan más pero yo me quedo un poco más encerrado, por un rato quizás. Todo esto es muy fuerte. En lo personal, hace un par de años estoy teniendo un vínculo, una conexión muy fuerte con el río, bastante fuerte; estoy viendo qué pasa y cada vez me gusta más vivir cerca del río que de la ciudad. Trato de interpretarlo, de saber cuales son sus signos; estuve toda la vida en el río y poder andar y escuchar a la gente que vive a lo largo del Uruguay..., (pausa) no te das una idea del significado que tiene para mi. Lo mío pasa por pedirle permiso y pedirle perdón..., por lo que estamos haciendo.

-Hermann, ¿por qué estás en esta expedición?
-Desde hace un par de años que quería hacer una expedición pero nos sabía dónde. Me sentí fuertemente conmovido con toda esta movida que surgió en Gualeguaychú a partir de las papeleras. Andrés fue uno de los que luchó desde el principio con este tema y en cierta forma sentí que era el momento y era el lugar, y era el río que me llamó a que sea este el río y este el momento, junto a los hermanos Rivas, estos compañeros increíbles. Yo estuve alejado de la lucha contra las papeleras al principio, pero sentí que el río me llamó y la forma de participar y colaborar era esta; estar acá..., pedirle permiso para pasar..., conocer a su gente..., a mis hermanos, a las personas que el río nos hermana porque vivimos en su costa.

-Y esas charlas íntimas, ese pedirle permiso, ¿cómo es?
-Voy muy atento, estoy muy pendiente de la próxima curva, nutriéndome de todo lo que me da pero el río; me tiene muy atento; empecé a leer el río, me marca el paso, me dice cómo y por dónde ir; lo aprendí a navegar en estos días, que nos permitió ir pasando... tengo una comunicación muy fuerte con el río..., lo voy leyendo.... yo...., esto... Todo esto me conmueve mucho...., y le doy para adelante.

“Ya cambió..., claro que cambió”

-Cucho, ¿este viajé te va a cambiar la vida o no es para tanto?
-Ya me cambió; esto recién comienza, restan muchísimos kilómetros para Buenos Aires pero seguramente se irá dando forma, dentro mío, “un algo” que todavía no se qué es pero que me marcará el camino a seguir.

-¿A vos Andrés?
-Esto a mi me cambió hace cuatro meses cuando encaramos el viaje. Se que el cambio es profundo y espero que sea para bien, aunque eso no lo puedo saber... Sin dudas que ya cambió mucho... por adentro y por afuera.

-Hermann...
-Estos últimos 17 días de esta primera etapa a mi me cambió la vida; en mi caso, se que es para bien, porque me enseñó muchísimo y me permitió vivir una experiencia que nunca antes había vivido, al menos no de esta forma, con tanto compromiso, con tanta enseñanza. Claro que me cambió.

-¿Cómo es viajar con los hermanos Rivas, Hermann?
-Es sumamente agradable; esto es un equipo, se formó una amistad muy grande, un respeto impresionante; lo principal para que esta excursión esté funcionando como está funcionando es porque viajo con dos grande amigos, sin dudas.

-Andrés, ¿cómo viajás vos con tu hermano y con El Flaco?
-Muy bien; el éxito que tuvimos hasta ahora tiene que ver con lo que logramos con el grupo; una de las cosas más difíciles de manejar son las ansiedades, porque todos pasamos por esos momentos, pero son pequeños momentos de crisis que no hacen crisis en el grupo. Hasta ahora la pasamos muy bien, nos divertimos mucho y creo que eso es lo que pudimos contagiar hacia afuera, que se nota en la recepción que tenemos de la gente.

-Cucho...
-Se viaja muy bien; estamos poniendo una fuerza de voluntad increíble, mucho respeto, muchísima tolerancia; las cosas funcionan como esperábamos y con mucha amistad de por medio. Nos acabamos de marcar para toda la vidas, juntos.

-Supongo que también hay algunos miedos... ¿por dónde pasan los miedos, para ustedes?
-Andrés: Yo tengo muchos miedos pero desde que dimos la primera palada ya sabíamos que esto llega a buen puerto; teníamos mucho miedo con el tema de las correderas, cómo se comportarían los botes en las correderas; teníamos miedo a los insectos, a los animales, a las víboras pero por ahora fueron cosas que no nos detuvieron; tenía miedo de la recepción de la gente; yo le tenía mucho miedo al Moconá, lo llevamos con mucha prudencia y salió todo bien. Pero a partir de lo que pude ver, ahora tengo miedo por el río, está mal, muy amenazado y temo que sea peor.
-Hermann: yo tenía miedo del tipo de gente que podía vivir a la vera del río en Brasil, un lugar totalmente desconocido para mi; también tenía miedo a cómo se iba a comportar el río, pero todos esos miedos se fueron diluyendo en esta primera etapa.
-Cucho: en cuanto a la expedición, mi único miedo era al fracaso, pero agarramos una confianza impresionante como grupo y en lo personal también, porque no sabía cómo se iba a comportar el cuerpo, por ejemplo, y se está portando muy bien, más allá de algunos calambres o cosas pasajeras. Mi mayor miedo pasa por la vida del río. Nosotros estamos de paso pero el río tiene que seguir su curso natural, y el miedo es a lo que puede llegar a pasar.

-Y las emociones, ¿por dónde pasan en un viaje como este?
-Cucho: Por todos lados, todos los días, todo el tiempo. Es una emoción tras otra...
-Hermann: Yo me emociono mucho... todo lo que estoy contando me emociona y cuando me doy cuenta que me pasa a mi, me pone muy sensible y bueno..., estoy cada vez mas sensible con todo esto....
-Andrés: A uno lo emociona mucho las respuestas de la gente, tanto en Brasil como en nuestros pagos, todos los que reman con nosotros. Vivimos muchos momentos mágicos, místicos; por ahí pasamos una corredera y sentís que se te acelera el corazón, que liberás tensiones, que todo salió bien y se liberan tantas energías que termina en una emoción. Hubo amaneceres y atardeceres en el río que son muy especiales; cuando se forma una tormenta y descubrís los colores que se forman en el cielo es muy especial..., son todas cosas que te emocionan muchísimo. Ayer, al llegar al Moconá, fue impresionante: veníamos casi llegando y apareció un lobito de río que estaba navegando a nuestro lado, saltó un dorado al lado del kayack y te juro que nos dio la sensación de que hasta las mojarritas celebraban nuestras llegadas. ¿Ves cómo uno se pone sensible? (risas). Cuando salimos vimos una coral y después carpinchos; pero en todo el trayecto del río no vimos nada; entonces de repente, ver la naturaleza como está acá, es impresionante. La entrada del Uruguay a la Argentina es realmente majestuosa; acá no hay tabaco, está la mata, está protegida y no se ve el paisaje tétrico que producen las represas. La llegada fue emocionante, queríamos llegar y veníamos esquivando piedras... chocando piedras... muchísimas piedras, y de pronto, esa recepción de la naturaleza es impresionante... muchísima ansiedad... y ahí estaba la señal de que nos estaban esperando, la remera de El Agua Manda colgada en una caña, en el medio de este paraíso increíble.

El día después...
Cuando vieron la remera, culminó la primera etapa del viaje. Estaban ya en la Argentina. Disfrutaron del Parque Provincial Moconá y lo transpusieron primero por tierra, a través de la Reserva de Biósfera Yabotí, para ir a recibir el abrazo que los padres de Juan Martín y Andrés les trajeron hasta El Soberbio, donde esperaron ansiosos la llegada de los tres hijos pródigos que ya no parió Entre Ríos, sino todos y cada uno de los pueblos que mojan sus costas con el agua del Uruguay, el río manso y el río bravo, el Río de los Pájaros.

Llueve con fuerza en este rincón de Misiones y el calor afloja un poquito, pero sólo será por un rato. El Cucho, Adrián y El Flaco Hermann dan vueltas alrededor de una mesa y acomodan algunas cosas que hace minutos sacaron de los kayack para que no se mojen. Entre ellas, un libro que los acompaña en este viaje.

El periodista lo tomó con una sonrisa y abrió una de las primeras páginas, donde releyó un pasaje olvidado: “Es América Latina, la región de las venas abiertas. Desde el descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha trasmutado siempre en capital europeo o, más tarde, norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros de poder. Todo: la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en minerales, los hombres y su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos naturales y los recursos humanos. El modo de producción y la estructura de clases de cada lugar han sido sucesivamente determinados, desde fuera, por su incorporación al engranaje universal del capitalismo. A cada cual se le ha asignado una función, siempre en beneficio del desarrollo de la metrópoli extranjera de turno, y se ha hecho infinita la cadena de las dependencias sucesivas, que tiene mucho más de dos eslabones, y que por cierto también comprende, dentro de América Latina, la opresión de los países pequeños por sus vecinos mayores y, fronteras adentro de cada país, la explotación que las grandes ciudades y los puertos ejercen sobre sus fuentes internas de víveres y mano de obra. (Hace cuatro siglos, ya habían nacido dieciséis de las veinte ciudades latinoamericanas más pobladas de la actualidad)”.

Hay otras charlas y otros mates pendientes, por ahora después que lleguen a Puerto Maderos y el próximo..., por ahí, a la vuelta de algún recodo de otro río amenazado, cuando el agua mande.